viernes, 8 de junio de 2012

Crisis

Empezamos con un tópico: si un extraterrestre llegara a Almería un viernes por la tarde, a Granada un sábado por la noche, a Madrid un domingo por la mañana, a Villanueva de Abajo un lunes al mediodía, … cuando y donde fuese en este querido país nuestro, y le dijéramos que estamos ante la mayor crisis de la era moderna de España, simplemente no nos creería.

Los bares, atestados; las tiendas, con colas para pagar; los pubs, que venden un cubata por 7€, con una persona en la puerta para impedir el paso cuando el local esta lleno; y nada digo de los todopoderosos centros comerciales, donde no solo está llena la superficie destinada a alimentación, sino también los cines, zapaterías, tiendas de moda de hogar, centros de bricolaje, tiendas de ropa deportiva, de ropa “casual”, hasta tienes que hacerte un horario porque si vas a determinadas horas, no encuentras aparcamiento. ¿Qué es lo que pasa? ¿Dónde esta la crisis?

Las respuestas son lanzadas con ráfagas de metralleta por las lenguas fáciles y el pensamiento obtuso: “La gente no tiene trabajo”, “Le quitan la casa”, “No puede seguir pagando el coche”,…. Bien, pero todo esto no es causa, es consecuencia.

¿Dónde esta, pues, el origen de esta crisis?, mejor dicho, y a lo que voy, ¿”en que” esta el origen de esta crisis? Por motivos laborales he tenido la ocasión de ver una renta de una persona que paga una hipoteca. El pago total de las cuotas ha sido, en el año 2.011, de 12.514,17€ de los cuales 931,24 han sido destinados a amortización del capital y 11.582,93€ al pago de intereses. Esto quiere decir, redondeando, que de los doce meses del año, en uno ha reducido su deuda con la entidad financiera y los once restantes a pagado el precio que le pone el banco a su dinero. ¿Qué la culpa es toda del banco? Pues no del todo. Los intereses de los bancos están hoy más bajos que nunca, así que el factor determinante es el precio de la vivienda, que obliga a préstamos de garantía hipotecaria de cuarenta o cincuenta años.

Utilizo la expresión poco usual “prestamos de garantía hipotecaria” por lo que conlleva el termino y que se ha perdido que el mas breve “hipoteca”. Un préstamo de garantía hipotecaria es el instrumento por el cual el banco compra la casa que tu quieres y luego te la vende por una barbaridad. Así, el banco y no nosotros, es el dueño de nuestra casa hasta que terminemos de pagársela.

Este ejemplo nos sirve para el resto de relaciones bancarias/financieras. Aquí esta la crisis. Estas son las cosas que no podemos comprar hoy: casa y coches, los bienes que para comprar necesitamos al banco.
Esto es así porque los bancos, propietarios de la mitad de los inmuebles y vehículos de este país, no quieren mas y cortan el grifo, normal por otra parte, son entidades privadas, recordémoslo. Les exigimos moral y ética humanas a unas estructuras de poder creadas con el único fin de ganar dinero. Y mucho.
A todo este maremágnum se enganchan fácilmente los empresarios españoles, que están esperando con la pluma en la mano a que alguien mencione la palabra crisis para empezar a rubricar como multicopistas contratos de despido.

Y se une también un gobierno que no vela más que por los intereses de los suyos, y lo siento votante del PP, pero tú no lo eres. Ni lo serás.

¿Qué nos queda a nosotros ante un estado que ha depositado la capacidad de endeudamiento de los ciudadanos en manos de cuervos especuladores con bonitas corbatas?

¿Qué nos queda si de los cincuenta años que vamos a estar pagando hipoteca, ocho serán para el capital y CUARENTA Y DOS para los intereses?

¿Qué nos queda a nosotros si conocemos familias en la que ninguno de sus miembros trabaja y le van a quitar la vivienda, mientras que otros se compran coches de 190.000€?

¿Qué nos queda ante políticos que regalan 23.000.000.000€ a una empresa privada que lo ha hecho todo mal?

¿Qué nos queda cuando este dinero que se ha dado al banco del PP, equivale a 25 veces a inversión en cultura, cuatro años de investigación y desarrollo, el 13% del gasto social del país o, atención, el 280% del gasto en sanidad y educación?

¿Qué nos queda cuando el salario mínimo en Francia es de 1325€ y se jubilan a los 62 mientras que aquí es de 473€ y trabajaremos, con suerte, hasta los 67?

¿Qué nos queda cuando la empresa privada ya esta ofreciendo contratos de 500€ por una jornada completa?

¿Qué nos queda si, mientras tanto, nos dicen que para que nuestros hijos estudien tendremos que pagar autenticas fortunas y que para que no se mueran los enfermos crónicos… no, aquí no hay nada que hacer, se morirán…

¿Qué nos queda?